Tratado breve de la cultivación de las colmenas y lo que con ellas se ha de acer para su conservación. Observado por el Hermano Francisco de la Cruz, natural de Alhama, en el discurso de casi quarenta años que perseveró en el yermo de Volarque dándose a la consideracion y propiedad de las avexas, asistiendo de día y de noche en el colmenar que tienen allí los Carmelitas Descalços.
Transcripción y modernización realizada por: F. Padilla Alvarez y P. Hidalgo Nuchera
De el sitio del colmenar y cómo an de estar las losas o soleras.
El sitio del colmenar a de ser en valle y abrigado de cierzo, que es el ayre
que más daño les haze; a de ser el sitio de manera que les dé el sol, en
saliendo, en las piqueras; y han de estar puestas de suerte que no impidan el
sol, de que sale, las unas a las otras; por delante, porque viendo ellas el sol
se alientan, salen más presto al travajo. También el sitio del colmenar a de
estar en ladera que esté un poco corriente por si alguna vez lloviere
alguna nubada reziva el agua avajo y no se quede entre las colmenas, porque en
el verano lo pueden sufrir, en el ymbierno les hace notable daño la umedad, y
esta humedad les pone los panares que están a la parte de avajo junto a la losa
llenos de moho, y será forzoso cortárselos a la primavera porque en estos
panares no meterán miel ni criarán pollo .
Y las avejas reciven grande daño con aquella frialdad, porque perecen muchas de
frío, es caussa de enfermar. Para remedio de todos estos daños será vien que
las losas en que están sentadas estén un poco altas, fuera de la tierra como
quatro dedos, y se le haga una reguerica a la redonda para que de esta
manera se ivite este daño.
También a de estar el sitio del colmenar muy limpio de yerva, porque las impide
quando vienen cargadas y suelen sacarlas, que se les mueren, y se enredan en la
yerva y se están trabajando por sacarlas y pierden tiempo.
Es de notar que las que se les mueren las sacan del colmenar, o las apartan de
la colmena lo más que pueden, que aun estos animalicos no quieren ver los
muertos en su casa ni junto a ella; por esta causa es vien que no tenga yerva.
Lo otro, si en el Otoño se pegase fuego (que subzede muchas veces), sería
posible no podello remediar, y así es vien que se quite la ocasión con tener
limpio el colmenar. A mí me a subzedido ir la Primavera a ver las colmenas y
ver que handavan flojas y con poco ferbor a las piqueras, y les limpié el
sitio del colmenar; y otro día volbí a verlas y handavan solícitas labrando,
que no cavían por las piqueras, me dieron vien a entender que eran amigas de
limpieza.
Y si un perro es tan agradezido por un pedazo de pan que le da su señor, que
muchas vezes se pone a riesgo de perder la vida y otros extremos que se leen en
algunas ystorias que han echo estos animales, por qué tengo yo de entender les
havía de privar nuestro Señor de este distinto natural de ser agradezidas.
Digo que lo son como se echó de ver en lo que e contado aquí y adelante diré
algunas.
También es bueno que aya algunos árboles junto a las colmenas, para que quando
salen los enjambres se asienten en ellos, advirtiendo que no les hagan
sonar a las colmenas en el ymbierno y no los dejen criar muy altos, porque si
son altos y se asientan los enxambres no los podrán coger con tanta facilidad
como si son pequeños.
Qué tales an de ser los corchos y de qué manera se an
de adereçar.
Ay muchas maneras de corchos : los de alcornoque son los mejores, que no se
hienden y son calientes; ay otros de varas de savina y embarrados, son muy malos
porque si se moja, como es varro, se deshacen y para mudar las colmenas se
desacen; ay otros de atocha , éstos son los mejores haziendo lo que diré aquí.
Lo primero, se han de lodar por de dentro con varro y voñiga de vacas o
bueyes y ceniza, y si no hubiere voñiga se eche en su lugar paja muy menuda;
esto se echa porque no hienda el barro, porque si hindiesen ellas se ocupan en
taparlas, y con esto se les escusa este travajo.
Hanse de enyesar por de fuera con yeso bueno. Sirve este yeso de tres cosas: la
primera, de abrigo; la segunda, de que no se pudra el corcho aunque se moje,
porque el agua escurre por el uso y no pudre el esparto. Al enxambrar son más
tempranas y, de hordinario, dan más miel. Tienen otro vien, y es que no se
hunden y es más fácil de mudarlas de una parte a otra. Algunos dicen que por
ser cálidos no son buenos; ésa es la vondad que ellos tienen, que las colmenas
más perecen el imbierno que no el verano. Si acaso se muriese de gusano alguna colmena en estos corchos, se le a de quitar el varro que tiene por de
dentro y bolberla a embarrar de nuevo, y con esto se torna a aprovechar el
corcho. Ay otros corchos de pino y de álamo; son buenos si se cortan en buen
tiempo, como es en la menguante de henero o en la de febrero, que si los cortan
en creciente o mal tiempo duran pocos años y se carcomen como la demás madera
que se corta en mal tiempo. Si en éstos se echasen los enxambres, han de
procurar taparles las hendiduras por de fuera con varro y por de dentro con voñiga
y ceniza. En esto a de haver gran cuidado, que si les entra luz procuran taparla
ellas y se les escusa trabajo, y le pueden emplear en hacer miel o meter cera.
Ay otros corchos que los hacen de 149v/ encina o de robres; mas es el ganado que
en ellos se cría tan háspero que una sola colmena que aya en un colmenar de éstas
vasta para abrasar y picar a todos quantos en él entraren; esto no es muy dañoso
porque ya defienden a las demás.
Y como el colmenar [sic, colmenero] a de andar de hordinario entre ellas, es
grande enfado aver de handar todo el día peleando con ellas. Sólo tienen bueno
que quando van huéspedes al colmenar que no ay sino darle un golpe, que ellas
echan fuera del colmenar los huéspedes. Si en los corchos de madera se muriere
alguna colmena de gusano, se le han de quitar las trenques , que son quatro
palos que tiene cracados [sic, cruzados] por de dentro, y con una gumía de
yherro con que se hazen los corchos se a de limpiar como si se hiciera de
nuevo. Y si esto no se haze, el enxambre que se hechare se hirá dél porque
avorrecen mucho el olor del gusano.
Lo mismo digo de la lossa donde se hubiere muerto: se le a de quitar y poner
otra o fregarla con orines y vinagre, porque si a quedado alguna simiente de
gusano en ella, con esto se muere y consume.
De escarzar las colmenas y alzar los valeos , y a qué
tiempo se a de hacer.
El escarzar las colmenas es quitarles los panares viejos que tienen avajo junto
a la lossa. Esto se hace por dos cossas: la primera, porque como los panares están
junto a la lossa o pegados con ella, si algún gusano se cría en la lossa [y
se] encuentra con los panares, métese en los vasillos; si como ellas tienen la lavor arriva, descuidanse de lo de avajo y así, quando sienten el
gusano, no lo pueden remediar porque el gusano cría unas telarañuelas en las
vocas de los vasillos, y con esto se defiende de las avejas y se hace señor de
la colmena y viene a perezer. La otra razón es que quando las avejas entran
cargadas no topen con los panares y tengan hanchura por donde puedan entrar y
salir más presto.
El escarzarlas a de ser el mes de febrero y según hiziere el tiempo: si el año
va temprano, se a de hacer a principio de febrero y, si el año va tardío, se
hará al fin del dicho mes; en esto emos de ir con el tiempo. Háseles de quitar
no más de tres dedos escasos, porque si más se le quita sería errado,
porque como están catadas por arriva si les quitasen otro tanto por avajo les
daría mucho travajo en llenar por dos partes, y el tiempo que havían de entrar
miel se les iva en fabricar panares.
Si hallaren algunos panares amohecidos o verdes, los quiten todos porque, como
tengo dicho, ni en ellos criarán pollo ni meterán miel. Y ay advertase [sic]
que este escarzar cómo se a de hazer antes del ymbierno, porque lo que se les
quita les sirve de abrigo en el ymbierno. Si acaso toparen alguna colmena que
tenga los panares muy negros y viejos, no tienen qué hazer sino volbellas lo de
avajo arriva sin quitarles nada, que con esto se renueva. Y como hallan la
colmena llena de panares, por arriva llénanlos de miel [y] por avajo van
fabricando su cera para criar pollo.
Para quitar estos panares se a de volber la colmena lo de avajo arriva y darle
humo; y luego, con cuchillo vien agudo que corte vien, se hirán cortando los
panares y barrer la lossa muy bien, y aun fregarla con orines, y tornarla a
sentar en la lossa y embarrarla a la redonda, dejándole la piquera principal
hacia donde sale el sol y otras dos a los lados, porque aconteze en la primavera
ponerse un lagarto [u] otra savandija a la piquera y es vien que tengan por
donde salir y entrar.
Hecho esto, alzarán los valeos que están cundidos en lo que se cató el año
pasado y tornarlos a poner por témpanos por la parte de arriva, y ponelles dos
palicos en 152/ cruz travados en el esparto para que no se hunda con el peso del
ganado, y luego embarrarlo muy vien por los lados y por arriva para que no le
entre luz, que si le entra luz no labrarán por donde les entrare; y por que no
les entren las hormigas, que son sus capitales enemigos, han de quedar tan
tapadas que una hormiga, por pequeña que sea, no pueda entrar. Los témpanos
que se ponen arriva para que labren, unos los ponen de tablas, otros de estos
valeos de pleita ; yo por mejores tengo los de pleita, porque éstos se despegan
mejor de los panares quando se catan las colmenas y no cay [sic] varro dentro de
las colmenas, sirben para el ymbierno de abrigo, hundiéndoselos en lo hondo de
lo vacío de la colmena catada como diremos adelante. Los de tablas, si
son de una pieza, de que los levantan se traen tras sí pegados los panares; y
si son de dos o tres tablillas, aunque se hande con tiento, no deja de caer algún
varro dentro de la colmena, y hace mucho daño.
Porque las avejas es una república vien hordenada, pues vemos que su rey lo
siguen por donde quiera que va, como quando salen los enxambres, que hasta que
el rey se asienta en algún árbol, todo el enxambre handa en buelo y, en
asentándose el rey, todas se recojen con él y le acompañan, y tienen grande
distinto natural. A subzedido salir dos enxambres de dos colmenas juntas y
asentarse en una parte juntos y cojerlos en una espuerta, y yéndolos a echar en
un corcho topar una maestra o un rey, que todo es uno, y cojerle y meterlo en un
cañuto de caña que para esto suelen tener los colmeneros; y estando cierto al
corcho que entrava el enxambre, conocieron que estava hallí su rey, se juntaron
y fue forzoso destaparse. Salió la maestra y abrió buelo, y el ganado con
ella, y al cavo de poco se asentaron en un ramo, de manera que los dos enxambres
que ivan juntos se dividieron, quedándose el uno en el corcho con su rey
y el otro, como digo, se asentó en su ramo con el suio. Es de advertir que por
donde pudieran ellas conocer su rey por unos agujerillos que tiene el cañuto,
que se hazen para que el rey que se echare en él no se ahogue y tenga por donde
resollar.
Aquí se ofreze ahora una dificultad, que como la pudieron ver todas las avejas
del enxambre; a esto respondo que, como se entienden otros animales, y las
ovejas [sic] se entienden éstas así con una docena que la sintiesen, eran
bastantes para dar avisso a las demás a su modo y distinto natural. Tienen tan
grande concierto y horden que la que comienza a traer flor blanca, todo el día
la trai blanca, y la que comienza a traerla amarilla todo el día la trai
amarilla; y si quisiese alguno 154/ satisfacerse desto, tome un poco de almagre
desleído en una escudilla, o con un pincel o una pajita póngase a la piquera y
señale las que fueren entrando que traen flor blanca o amarilla; vastará señalar
una docena y aguarde hallí un rato, y verá si es verdad esto; y si buelbe a la
tarde ver cómo meten la flor que an menester a entrar por la mañana.
Travajan en todo tiempo si no es por hacerles rezio tiempo o por enfermedad. A
las que no quieren travajar las sacan entre tres o quatro de la colmena a que
vaya a trabajar; y éstas que la sacan se ponen a la piquera y no las dejan
entrar hasta que traigan miel o cera. Y esto se echa vien de ver, que a las que
vienen cargadas luego las hacen lugar y las dejan entrar, mas las que no
travajan ni traen provecho a la colmena de ninguna manera las dejan
entrar, que también entre ellas ay olgazanas que se quieren sustentar con el
travajo de las otras, y es cossa maravillosa que, si porfían a entrar, las
cojen y las matan.
Tienen sus porteras para ver, como digo, las que traen provecho o las que no
para no dejarlas entrar, y para guardar la puerta de las savandijas. Y si acaso
llega alguna savandija, hacen ellas una seña con zumbidico o con las alas o con
el pico, que todas las demás la entienden y luego, al provisso , vajan muchas
avejas a ayudar a las porteras y a la defensa de la puerta.
De los árboles que son provechosos a las colmenas.
[De] Todo árbol frutal, salbo los priscos , que dicen algunos que enferman con
la flor, dicen que sale lechitresna , les es dañossa. Yo no sé la maña de
155/ a saber esto, de que estas yhervas les hagan daño, porque como son tan
sutiles y ocultas sus enfermedades no se pueden tan fácilmente alcanzar; de las
que yo e alcanzado diré adelante. Los almendros florecen temprano y, con su
flor, crían el pollo, y con la flor del bux .
Del fresno y del hacebuche entran mucha flor, y del chopo y álamos negros, y
del espino y del olmo y del olivastro y de la oliva y del robre de cornicabra
entran mucho, y es buena la flor de la galloma y, por otro nombre, malmadurillo
, que es a modo de maraña. De la yedra entran mucha, ésa viene por septiembre.
Les ayuda mucho para sellar los vasillos donde han embasado la miel; destos árboles
hacen lo principal de la cera y los vasillos; de las flores de las yervas más
meten miel y ámago para su sustento que no cera. El madroño las favorese
mucho en el tiempo de la mayor necesidad, que es por Navidad, que en la flor que
echan, que es como unas campanillicas, y hallí cojen mucha miel. Del sao meten
mucha miel el año, que les da maná, y les viene por septiembre, y más de la
uba vehenito rontes [sic], sobre todo el romero por entrar dél miel, cera, y
dura muchos días la flor. Algunos colmeneros dicen que son mejores las flores
de las huertas y labrados que no de las sierras y altos para llenar; sí, mas
para la miel mejores son las de los altos, y es la razón que como las flores de
las huertas están tan viciosas tienen mucho ámago, y como entran del ámago es
caussa de que la miel no sea tan buena; no quiero decir que sea mala, pero no es
tan buena como la de las sierras y de los altos por estar las flores de las
de las sierras y altos muy purificadas con los ayres, [y] por fabricar los
panares con las flores de los árboles, que no con flores terrestres. Y se ve
claro esto, pues la miel que se haze en Ceratón y en la Alcarria es la mejor
que se hace en Castilla, y esto de sierras y altos. La que se coje en el Alendia,
que es tierra fértil y abundossa, no es tan buena ni tan blanca.
De cómo se a de proveer de comida a las colmenas que
están flacas en el ymbierno.
Para que no perezcan las colmenas que están flacas en el ymbierno se a de procurar remediarlas de comida y, assí, el colmenero tenga qüenta de ir el ymbierno a las colmenas un día que haga buen sol y mirar con cuidado las piqueras, y en la que vieren que no salen y ay avejas muertas a las piqueras o que están a la piquera como desaladas , estas colmenas es señal que están flacas o enfermas; y así no ay más de mirarlas por arriva, y así se echará de ver si tienen miel, y a las que no tubieren miel las echará de comer. Dicen algunos colmeneros que es bueno hacer los unos masones de arina de centeno amasados con miel, mas yo e provado y a pocos días se amohezen y huelen mal. Otros dicen que tomen un trapo de lienzo ralo y hagan un taleguillo y lo aten, que esté un poco apretado, y poniéndoselo a la colmena por arriva ellas mismas van comiendo. Yo e callado otro más feliz remedio, y es que la que estubiere flaca la destapen por arriva y en los panares le echen miel con una cucharica, y como los vasillos están vacíos vasse entrando en ellos y no cay avajo, y se a de echar poco a poco, que si va de golpe se irá avajo y les haría daño si se enmelasen. Luego, con un palico dar mansamente en el corzo y ellas suben arriva, y aun comiendo éste es el mejor remedio de echarles de comer; y esto se a de hazer un día que llueva y que las avejas no salgan, porque subzede oler las avejas de las otras colmenas la miel que se les a echado y entrar en la colmena flaca y comelles la miel y acavar con ellas. Y por esto digo que no se haga en día que haga sol, vien savido es que la colmena que no tiene miel no echará pollo aunque tengan rey, porque lo principal con que crían el pollo es la miel. Y ase visto muchas vezes tener una colmena mucha gente y maestro y no criar pollo, y otras de poca gente criando temprano por tener miel. De esto diré en su lugar. Así digo que será vien echarles miel a fin de febrero y tenerlas vien abrigadas, y se les arrodeasen unas esteras a la redonda sería bueno dejando la piquera libre.
Del modo de emjambrar de mano.
Para hacer los enxambres de mano como otros llaman, por fuerza se tendrá esta orden. Lo primero, el colmenero, en entrando en el colmenar, mirará las colmenas que están arrevozadas de ganado por defuera, volverlas un poco y darles humo; y quando el ganado se aya suvido, volberla lo de avajo arriva y tornarles a dar humo y mirar si tienen maesiles en los cantos de los panales, que son acomodo de teta de oveja; y si estubieren sellados, la podrán enxambrar, y a de ser de esta manera: que la han de sacar del colmenar una quincena de pasos, a de hazer un hoyo de una quarta de hancho y tres de largo y otra de hondo, y luego a los dos lados del hoyo por lo largo poner dos pedazos de corchos viejos, o dos piedras llanas, y la colmena que ubiere de enxambrar, y póngala encima los dos pedazos de corcho que están a los dos lados del hoyo, de modo que la colmena esté en hueco, quitándole el témpano que tiene arriva, de modo que lo que estava assentado en la lossa a de estar arriva; y luego a de poner una espuerta, que para esto a de tener, a modo de una aguadera hancha de avajo y angosta de arriva; y esta espuerta la a de poner en lo alto de la colmena vien atada; y luego poner en el hoyo un humazo de voñiga y luego dar con el palico mansamente, y con esto va subiendo el ganado arriva; y de que eche de ver que tendrá harta gente, quite la espuerta y póngala apartada del enxambradero tres o quatro pasos, y póngala voca avajo sobre una capa negra o paño negro, y luego torne a poner la colmena que enxambró en su losa; y adviértase que, mientras se está enxambrando la colmena, en la misma lossa de donde la quitaron han de poner un corcho vacío para que las avejas que vienen de campear se entren en él, porque si no se entran en otro que está con avejas y se matan unas a otras. Luego que a puesto la colmena en su lugar, buelba al enxambre que [está] en la espuerta y alce el avanico y mire en la capa, y hallará unos gusanicos blancos a modo de las qresas que echa la moscarda en la carne; y si los hallare es señal que está hallí la maestra. Ay otra para ver si tiene maestra o no, y es que si no la tienen están desasosegadas buscando su rey y si lo tienen están sosegadas, que, lo tengan o no, tapen la espuerta con un paño que no se puedan salir y vaya a la colmena donde lo sacó, y de los maesiles que tiene sellados, que por esto dige que no se pussiesen a enxambrar si no tiene los maesiles sellados, que por esto dige que si no estavan los maesiles sellados, pues digo que el que viere que está más curado y más pardico lo corte con un poco de panar, y ponerlo en un pañito de lienzo, y lo atará sutilmente de manera que el maesil y el panal queden en hueco; y sería mejor que ubiese un pucherico pequeño que no el paño, y aun se podrían echar tres o quatro docenas de avejas del mismo enxambre en el pucherico que vayan dándole calor a la maestra, y tapen el puchero [para] que no se puedan salir las avejas, y tomen su enxambre y llévenle al enxambradero y déjenlo en el corcho que para esto han de tener; y si el corcho estubiere hendido o con algún agujero se a de tapar muy vien como tengo dicho, y pegarlo con orinas añejas y con agua cocida de romero y tomillo y mexorana; y si hubiere algunas heces de arrope , es bueno, que con ésta es más querencioso el corcho y lo reziven mejor las avejas; y si echando el enxambre no vieren la maestra, pondrán el corcho sobre la losa y destapen el puchero donde va la maestra, y miren si a salido del vasillo cojerla y, con unas tijericas, cortarles las puntas de las alas, que con esto está seguro el enxambre de [no] hirse. Si no hubiere salido del vasillo, le han de atar una cuerda al panar que va asido al vasillo de la maestra y ponérselo para arriva de la colmena dentro de la colmena, y métanlo entre las avejas, que luego conozen ellas que está hallí su rey, y cargan sobre sí con su calor, lo sacan presto, y con esto queda la colmena segura, y de esta manera le remedian las que no tienen maestra. Echo esto, embarren su corcho por arriva y por avajo, dejando su piquera. Olvidásseme de dezir que la cuerda con que se ató el panar y la maestra se a de atar al témpano, que si no se atasse hundiríase hasta el suelo, y no aprovecharía nada de todo lo que se a echo. Algunos colmeneros dicen que es bueno asentar los enxambres en tierra y no en lossa; y yo por mejor tengo assentarlos en la losa que no en tierra, porque como se han de volver a sentar en las losas dentro de diez o doce días y de forzoso se han de menear para ponerlos, como está la vez [sic] tierna se suele caer juntamente con ellas y perderse, o a lo menos hacerles que tornen a labrar de nuevo; y por este peligro a los enxambres no se a de llegar a ellos por avajo ni por arriva en más de quince días; por arriva en ninguna manera se han de mirar porque piensan que les quieren quitar la miel, suelen comérsela y desmayar; y así digo que se estén quanto sea possible el destaparlas por arriva. El enxambradero, o el sitio adonde se han de poner los enxambres que se hacen por fuerza, por lo menos a de estar medio quarto de legua del colmenar, porque si las dejasen cerca de las madres a la querencia se tornan ellas, lo que no tienen las que se salen de su voluntad, porque aunque las dejen en el mismo colmenar no se buelben a las madres; de aquí saco yo se salgan ellas de su voluntad, aunque cueste travajo el guardar los enxambres, y vale uno por quatro. Que esto sea verdad se vee en lo que ellas hacen, que están arrevozadas a la colmena muchas avejas aguardando a su rey y no van a travajar en ninguna manera, sino que se están hallí tres o quatro días hasta que sale el rey, y se van con él porque están ya señaladas para esto; pues si yo sacase un enxambre por fuerza y saco muchas avejas que no havían de ir con aquel enxambre, forzoso es haverse de volberse a la madre todas las que no havían de ir. A mí me a subzedido sacar un emxambre por fuerza y llevarlo más de dos tiros de vallesta, y dentro de seis días o siete haverse buelto más de la mitad del ganado a la madre; y así digo que, si se sacaren por fuerza, se han de llevar lejos y que, si no, no serán de provecho. A de tener el colmenero qüenta que si en la colmena que a enxambrado quedan maesiles sellados, o que rozados, los a de desacer con una varica larga todos los que alcanzase por avajo, dejando uno o dos porque si, no les quitase, cada maestra de aquéllas se llevaría un pedazo de ganado en saliendo, y javardean mucho y subzede perezer.
De siete enemigos que tienen las abejas y el remedio
que ay para ellos.
Tienen las avejas siete enemigos, unos para el verano y otros para el ymbierno,
porque en todo el año no les falte guerra. Los del verano son el lagarto y
avejaruco y las ormigas; los del ymbierno son las mariposas, el picorro, el ratón
y el garduño. Todos éstos, por una parte y por otra, les hacen notable daño:
el largato se les pone a la piquera y, quantas van saliendo, se las come; hase
de procurar matar, poniéndoles unas lossillas con tres palillos, y en el uno el
cevo, que es el queso, vanlo a comer y suelta la trampa y cójelos devajo; si
esto no aprovecha, aguardarlos con una vallesta, y es lo mejor. Los avejarucos ,
desde que vienen de extremo, que es por marzo, no comen otra cosa sino avejas
hasta que se buelven, que es por fin de septiembre; esto [sic, éstos] se crían
en las riveras y copeteros, no ay sino ir por el mes de abril buscando los
copeteros y luego verán los agujeros, o en los que vieren entrar o salir o estén
seguidos, ponga una percha en lo en lo [sic] redondo de el agujero y incar una
estaquita y asir en ella el lazo, y ellos al entrar o salir se ahorcan; y de los
que cojiere ponga tres o quatro y póngalos colgados en el colmenar, que
en viéndolos los otros se van espantados.
Otros son las hormigas, que como son tan pequeñas se entran por chico agujero,
les comen la miel y se ocupan en sacarlas; y así se a de buscar el homiguero y
cavallo muy hondo, y ellas luego salen arriva rebueltas de la tierra; a de hazer
lumbre encima del hoyo y así se queman.
Otros son unas mariposillas blancas como unos que los llaman matacandiles. Éstas
enxendran el gusano en las lossas y handan de noche. Se a de hazer lumbre en el
colmenar que halce llama, que ellas se van luego a la llama hi se abrasan.
El picorro es dañoso y más por no poderlo coger. Este pájaro tiene una
traça extrahordinaria para comer las avejas, y es que en el ymbierno va a los
colmenares y se pone a la piquera de las colmenas y, con el pico, da picadas en
el corcho y las avejas salen al ruido de las picadas, y las que van saliendo se
las va comiendo.
El ratón también les haze mucho daño porque se come la miel y deshaze los
panares. Para éstos se a de hacer una masica de arina y rejalgar y, en
comiendo, se mueren; y lo mejor es lodarlas con yeso bueno en el ymbierno por
avajo y dejarles la piquera pequeña, que el ratón no quepa.
Al garduño el remedio mejor es ponelles algunos cepos o alguna ausana o trapos
que parezcan sombreros, o un espantajo.
De las enfermedades de las avejas.
Algunos autores dicen de las enfermedades de las avejas si les haze mal tal flor
o tal árbol, o si tienen sentimiento quando se les muere el rey, y cossas que
si no el señor que las crió no lo puede saver nadie. Yo e alcanzado después
que las trato dos y son fáziles de conozer, pues que yo las e alcanzado: y es
la una de engorrar el pollo y, la otra, de la garrapatilla . Ésta es verdad que
tube noticia de ésta de un morisco gran colmenero: Yo e curado a algunas desta
enfermedad y e salido con ellas; es la enfermedad que estos animales crían unas
garrapatillas que son como piojicos, son coloradas; éstas se les ponen a las
avejas en el cogote o en los encuentros de las alas. Aquí se a de ponderar la
grande providencia de Dios, que a un animalico tan pequeño como es esta
garrapatilla le dé distinto para su conservación, que se ponga en parte que la
aveja no se la pueda quitar, que si se pusiere en qualquiera parte del cuerpo se
la quitara con las patillas o con la voca. Pues digo que se cura de esta manera:
que la colmena que la tubiere se le a de sacar el ganado como si se hubiera de
enxambrar; y después de sacado el ganado, miren por la maestra, que es larga
tanto y medio que una aveja y ceñida de cintura y dorada, que supongo que no ay
ningún colmenero que no la conozca; y así no e dicho de ella, adelante lo diré
en su lugar. Pues digo que, hallada la maestra, la tomen sutilmente y miren si
tiene garrapatilla y quítensela con la punta de un alfiler sin apretarla;
y, echo esto, métanla en un cañuto de caña y el cañuto tenga tres o quatro
agujericos para que pueda respirar. Tornen la colmena a su lossa fregándola con
orinas y vinagre y sal; echo esto, vaya a la espuerta donde está el ganado y
rozíenlo con vino bueno hasta que queden vien mojadas todas, y tiendan una
manta en el suelo y vacíenlo luego; y esto se a de hacer un día con la
fortaleza del sol, porque con el sol y el vino despiden de sí la garrapatilla,
y como se van enjugando se van a su colmena como se hallan sin rey, y loden la
colmena por arriva y por avajo, lleven la manta fuera del colmenar y hagan una
hoguera y sacudan la manta sobre ella que se quemen todas. La maestra que está
en el cañuto la han de echar en la colmena por arriva.
La otra enfermedad es de engorar el pollo y esta enfermedad es descuido del
colmenero: el mes de marzo, quando hace grandes ayres y por no estar vien tapada
la colmena, entra ayre y frío; y ellas, como sienten el frío, se suben arriva
y desamparan el pollo y se muere, que es a modo de las gallinas, que si la
gallina está empollando los güevos los dejase por un día o dos claro está
que engorarían; pues así es en las colmenas. El mes de marzo se han de mirar
por avajo y la que oliere mal es señal que está engorada; y así se a de
revolber lo de arriva avajo y darle humo, y luego verán los panares que están
engorados que están verdes; éstos no ay más de cortarlos y echarlos fuera,
que ellos fabrican otros. Para curar las avejas que están
arrecidas, que han caído en agua o en miel, que subzede muchas vezes, las que
así tubieren se han de poner en una tabla y echarles cantidad de ceniza, que no
esté muy caliente ni muy fría, sino en un medio, y revolbellas con un palico;
y con esta calor reviven y se limpian con las patillas y se van a sus colmenas.
De quándo se an de castrar las colmenas y de qué
manera.
Lo que diré aquí de castrar las colmenas se a de contender para el Alcárrea y tierra de Huete, que es donde yo me e criado y cassi toda es de un temple, que para tierras tempranas, como es la Vera y el Alcudea y Valencia, corre otra razón: y es que en tierras tardías se han de castrar las colmenas por el mes de octubre; otros las catan por el mes de henero porque dicen que la miel les sirve de abrigo el ymbierno, y dicen vien porque se ponen a peligro que ellas se la coman, que lo suelen hazer; y tiniendo qüenta el colmenero de dejalles miel para su abrigo es la mejor cata por octubre, como digo; y si vieren en el mes de mayo, después de aver enxambrado, que están fuertes y tienen mucho ganado y el campo está bueno de flor, podrán catarlas, y con esto se les quita que no gavarden ; y las que cataren este mes de mayo la has de volber lo de arriva avajo, que como hallan los panares por arriva llénanlos de miel, y por avajo, que es lo que se les quita, van llenando de cera; así se renuevan las colmenas. Para castrar las colmenas el mes de octubre, que es la mejor, es de advertir el colmenero que la noche antes las colmenas que a de catar las a de dejar la noche antes destapadas por arriva, quitándoles la ropa y los témpanos o serillos donde está pegada la lavor, y con el sereno de la noche se vajan ellas al arca de las colmenas, que es entre las trenques; y, madrugando, el colmenero las puede catar sin que aya avejas; y todas las vezes que las catase a de ser muy de mañana, que si fuese con el sol se enmelan muchas y los que las catan no las podrán sufrir. Las vasijas en que se han de echar los panares a de ser unas horcas grandes y que tengan las vocas hanchas, y con un palo a modo de horquilla ir desaciendo los panares, así cave más; y quando quiera sacar miel de la cera lleva ya esto echo. También se a de procurar que la catadera esté muy aguda porque corte presto los panares y no se corra la miel avajo; a de tener un barreño con agua limpia y, en cortando los panares, echar un poco de agua sobre lo que cortó y, con esto, socorre la miel tanto la colmena avajo; y en acabándolo de catar, a de tomar y sacudir el valeo el varro que tubiere y hundírselo hasta donde quede catada la colmena, y ponerle otro sobre aquél de manera que venga a estar justo con el rostro del corcho y embarrarlo muy vien; por eso dije que eran buenos los valeos de pleita, porque sirven de abrigarlas el ymbierno. Y procure el colmenero no metelles mucho la mano, que más vale dejalle un quartillo de miel más que no poner a peligro de que se muera una colmena. Si por avajo tubieren algún agujero, tápensele, porque el día que se cata handan todas las colmenas al rovo, que es entrar en las colmenas que se van catando, que como se cay en la lossa siéntenla y entran a 167v/ comérsela; y las que están dentro se matan unas a otras por defenderla, y así a de estar muy vien lavada. Y si la piquera fuere grande, achicársela, que así se defienden. De hallí a seis o ocho días de catadas a de volber y limpialle las losas, que como las cataron se les habrá caído alguna cerilla, y se les excussa el travajo a ellas de sacarla; y lodallas con yeso bueno para que no llegue el ratón; y con esto no ay que llegar a ellas hasta febrero si no es que algunas vezes se visten [sic, visiten] por si andan garduños o ratones, o con los ayres se cai alguna; y si nevare mucho será necessario abrigarlas y quitarles la nieve que tubieren enzima y junto las losas.
De cómo se an de guarecer las colmenas que están
desaijadas y las que no tienen maestra.
Para saver las colmenas que no tienen maestra no ay más de ver las colmenas que no hazen lavor ni crían pollo, y ellas handan floxas y desmayadas, y ahora entra una en la colmena y otra de hallí a un rato; a éstas las han de mirar si tienen pollo y, si no, es señal que no tienen rey y, si no, le tiene de aguardar hasta que enxambren las colmenas; y entonces se le podrán echar el rey o maestra. Y cómo echar mejor: echar saliendo el javardo de las otras colmenas, advirtiendo que las rocíen con vino por que no se maten unas a otras, o con arina; y si no quisieren aguardar los javardos, podrán echarles maestra de las colmenas que han enxambrado de las que tienen selladas, como dixe para los enxambres de mano. Ay otro modo así para éstas como para las que están desaijadas: y con poca gente han de tomar una colmena de las más fuertes que hubiere, ponerla sobre la flaca de manera que estén juntas rostro con rostro, advirtiendo que la flaca la han de poner en la losa que estava la fuerte y la losa adonde estava la flaca quitarla, para que no se buelban las avejas de la flaca a su querencia. Echo esto, embarrarán por donde están juntos los rostros, y por avajo las han de roziar con vino o con arina para que no se maten; han de arrimarles unos palos como puntales para que no se caigan y, como la fuerza está arriva, va criando pollo en la de avajo, y vienen a llenarse entramas [sic, entrambas]; y luego al enxambrar miren ésta y, si estuviere arrevozada de gente, es señal que quiere enxambrar; y así no ay sino quitarles el barro que está entre las dos colmenas por los rostros de los corchos y con un hilo de alambre cortarlas, y la que estava encima taparla con un paño y llevarla al enxambradero, o lejos, porque si no todas las avejas que salieren a campear de ésta que estava encima se volverán a la otra. Han de mirar la que queda en el colmenar si tiene maesiles, y a la otra echarle maestra, como tengo dicho, sellado quando salen gavardos echarles uno que lleve maestra como tengo dicho, sellada, y con esto se aseguran entramas [sic, entrambas].
De las señales que an de tener las abejas y maestras
para ser buenas.
Las maestras, para ser buenas, han de ser largas y ceñidas de cintura y
doradas, y de medio atrás tienen unas raycicas [sic, rayadicas] como coloradas.
Ay otras como medio prietas; deven de ser éstas las que engendran las avejas
medio prietecillas, que son mal acondicionadas; no son tan buenas y es cossa
maravillosa que, aunque nazen estas maestras con aguijón, aunque piquen no
hazen mal; y es que, quando están para salir del vasillo, las avejas, con el
distinto natural que Dios les dio, le cortan el guijón haciendo un agujerito en
el vasillo que ellas crían por la parte de devajo adonde ella tiene el aguijón,
y por hallí se lo cortan. Y si alguno quiere experimentar esto, que ay
enxambres de los maesiles que quedan en las colmenas que han enxambrado, mirando
los agujeros se hallan hallí los aguijones ; y claro está que si los tubieran
y picaran murieran como todas las demás avejas, y muriendo ellas pereciera toda
la colmena.
Ay muchos autores que escriven de las colmenas muy grandes alavanzas, y algunos
pienso que, según lo que dicen, no las han tratado mucho, que si las hubieran
tratado no dijeran cossas que no se compadecen devajo de la práctica de quien
las trata. Algunos han dicho que a las avejas les hace mal esta flor o este árbol;
otros han dicho que, aunque les falte maestra, haciendo una de oro, que con ella
labran y se remedia la que no tiene maestra; con esto, gentil disparate, por
mejor tubiera yo con la maestra de oro comprar una colmena que tubiera maestra
que no meterme en tanto cuydado. Y como el otro que dice que, si a una aveja se
le quiebra una pierna, le ponga unas tablicas de caña y otras cossas; a
esto y assí no digo más porque pienso que es gastar tiempo. Y así en lo que e
dicho y e de dezir qué es lo que han menester para su conservación y aumento y
provecho del dueño. Pues digo que la maestra sola es la que enjendra el pollo,
como se ve claro, que si una no tiene maestra no hace pollo. Esto se ve también
quando han sacado un enxambre y le ponen encima de una capa negra para ver si ay
maestra que echa unos gussanicos a modo de quesas , y si las avejas
ceresearan echarían infinitos gussanicos y no se pudiera saver si estava hallí
la maestra. Y siendo sola ella la que engendra, son tres las diferencias de
avejas que de una simiente salen, que son [maestras], avejas y zánganos, y
todas tres de diferentes cuerpos, porque las maestras, como hemos dicho, son
largas y ceñidas de cintura; las avejas son más chicas, los zánganos son
gordos y redondos y negros. En lo que toca a la echura y diferencia de los
cuerpos, es la caussa el hazer las avejas los vasillos, que destas tres
diferencias de avejas diferentes como ellas los han menester para su conservación,
según el distinto que Dios les dio. Pues volbiendo a decir de las avejas, digo
que ay unas mejores que otras: las buenas son unas largas y rayadicas, y otras
como doradicas y muy lucidas; éstas son las mejores. Ay otras redondicas pequeñas,
que son muy codiciossas; éstas también son buenas. Ay otras prietecillas; éstas
son olgazanas y malas de tratar como tengo dicho. Assí, para los que han de
comprar colmenas es vien que sepan quáles son las mejores.
Las avejas tienen seis pies; con los dos delanteros y el piquillo sacan la grasa
de las flores, abriendo la flor con estos dos pies delanteros para que puedan
meter la cavecilla en la flor para sacar la grassa, para hazer la cera y,
juntamente, la miel que tiene la mesma flor. La masilla o massa la ponen en
los dos pies de atrás con el piquillo; y estos dos pies en que llevan la cera
tienen a los lados de afuera una concavidad llanica , que tiene un vellico háspero,
y hallí ponen la grassa o massica para la cera. Con los otros dos pies de
enmedio se sustentan, assí para esto como para labrar los panares, como diré.
La miel dicen algunos que la llevan en los piquillos; el piquillo es tan sutil y
pequeño que no es possible poder llevar en él cossa de miel. Tienen las avejas
enmedio del cuerpo [el buchecillo ], que entre el cuello y la cintura, que es
adonde tienen asidas las alas, por de dentro llevan la miel para echar en los
vassillos; el que lo quisiere ver si es verdad esto, el mes de mayo, que es
quando ellas entran flor, y de las que vienen de campear coja una y deshágala y
mire el buchecillo, y verá si es verdad. De la cintura atrás está toda hueca,
solamente tiene las tripillas en lo último asidas al aguijón, que pienso yo
que deve de tener hallí la vida, pues vemos que, en picando, se deja las
tripas asidas al aguijón; para esto que e dicho aquí notomía en muchas avejas.
El zángano es lo primero que crían para que les ayude a criar el pollo, que
sin esta ayuda no pudieran ellas criar ni labrar y entrar miel. Y así con esta
ayuda lo pueden hazer. Ellas crían el pollo hasta sellarlo en los vasillos y
luego los zánganos lo acavan de criar puniéndose sobre los tablericos de los
panares adonde está el pollo, y con su calor lo van criando hasta que el pollo
rompe los vasillos y sale; ellos sacan el pollo al sol y hallí le están
limpiando con los piquillos; después de haverse servido de ellos los matan, que
si no los mataran fuera imposible poder conservarse ellos [sic, ellas]. Digo
que, mientras ellas [sic, ellos] crían el pollo, campean ellas y entran miel y
cera para ir fabricando sus panares, que si ubieran ellas de criar el pollo
entretanto se les passara la flor; y así fue muy grande la providencia de Dios,
como les está vien el matarlos, que como ellos son tan grandes comen mucho
y no traen nada. Assí, comiéranse en el ymbierno lo que ellas tenían para sí
y perecieran ellas; como son tan grandes no les pueden matar fácilmente: es
menester que el colmenero desde San Juan adelante, que es quando ellas los
matan, mire las piqueras de las colmenas y, en la que ubiere zánganos o que
ellas los andan sacando muertos, alcen la colmena y los hallarán en la lossa
acorralados y algunos muertos; a de tomar un escovoncico y los que estuvieren
vivos irlos matando y echarlos fuera, que como son tantos no los pueden ellas
sacar tan presto y pierden tiempo; y como son muchos, les caussa mal olor; dura
esta matanza hasta fin de agosto y, assí, es menester mirarlas con cuidado. Es
cossa maravillossa cómo los matan, porque son tan grandes y las avejas
tan pequeñas; algunas vezes se las llevan arrastrando y, como ellas ven que no
pueden, se asen dél cinco o seis, y le assen unas de las piernas y otras de las
alas, y assí le tienen; y luego otra aveja sube sobre él y procura cortarle la
cintura por medio cuerpo, y así muere. Y lo mesmo hazen con las avejas
olgazanas, que pienso que, por otra parte, les fuera dificultoso matarla fuera
del piquillo que tienen para chupar la miel de las flores, que éste le traen
dentro de la voca si no es quando labran o quando de las flores sacan la miel.
Tienen unas tenacillas en la voca y con éstas matan los zánganos y avejas.
De cómo se an de hechar los compuestos y arillos y
quándo.
Quando alguna colmena está fuerte y tiene mucho ganado se les suele echar algún
compuesto para presentarlo o venderlo, que algunos se venden a dos ducados.
Y por que las avejas travajen, que como tienen llena su casa no tienen qué
hazer; y así, unos echan estos compuestos por San Juan y otros después de
sellada la colmena, y suelen salir buenos; mas como ya se les a acavado la flor
algunas veces no los acavan de llenar y, si los llenan, llevan algún ámago; y
también como se les a acavado la flor de los árboles, que es la mejor, no será
lavor tan blanca. Lo otro, porque la miel que entra entonces no es tan buena
porque es de espliego y de vellota, porque si el mes de agosto llueve y ay
encinares se agusana la vellota, porque entre el capullo y ellas se echa mucha
miel y, aunque es de buen gusto, es a maravilla. Y así yo tengo por mejor
echarlos en abril, quando va la colmena ya llenando, lo uno lo llenavan de buena
cera y buena miel, y va seguro que lo llenarán, aunque es verdad que el
enxambre que avía de dar la colmena será un poco tardío; mas por eso vale más
el compuesto que dos enxambres, y éstos se pueden cortar por San Juan; y éstos
han de ser unos barreñones no más hancho de lo que coje la voca de la colmena,
y ponerlos entre el corcho y el compuesto un arillo de zedazo de dos o tres
dedos de hancho. Han de tener estos barreñones dos o tres agujerillos para
mirar antes que los corten si están llenos, y esto se a de hacer con una aguja
de ensalmar ; y con esto embarrarlo muy vien, y los agujerillos ponelle a cada
uno un poquito de cera; y advierta que, antes que los pongan los barreños, los
tengan llenos de agua un día o dos por que las avejas los tornan a lavar, y a
darles un vetún por de dentro; y si fueren nuevos, toda quanta agua entraría
en ellos se chuparan y nunca acavarían de lavarlo; y assí es vien
quitarles este travajo. Quando los quiera cortar los a de dejar descubiertos,
que con el sereno de la noche vaja el ganado avajo y assí no tendrán avejas
quando los corte. El cortarlos a de ser con un hilo de alambre delgado, después
echarle a la colmena un poco de agua encima de los panares para que la miel no
se corra avajo y ponerle su témpano y embarrarla; esto es si los corta por San
Juan, que si los cortasse por octubre quando cata las colmenas entonces también
le a de sacar la miel. Si quedaren en el compuesto algunas avejas entre los
panares, tome un pañito de lienzo y mójelo y póngalo sobre los panares, que
luego se van subiendo las avejas y se pegan en él, y se pueden ir quitando de
esta manera.
También es bueno que tengan agua cerca del colmenar, que les es de grande
importancia para lavar ellas su colmena y para limpiar los vasillos donde han
criado el pollo. Para entrar miel, si acasso fuere el agua de balsas, se
les a de echar unos pedazos de corcho o unas tablas o unas ramas de leña por
que no se ahoguen.
Olvidóseme de decir en su lugar que, quando matan los zánganos, es señal que
ya no tienen pollo ni lo criarán hasta la primavera. Para su sustento traen una
massilla que la llaman ámago, y con esto se sustentan. Si les falta la miel,
hazen otro vetún muy olorosso con que tapan las hendiduras de los corchos, y
con éste dan vaño al corcho.
De cómo se a de sacar la miel de los panares y de cómo
la cera se a de hacer torales.
En el cinquenta y nueve, donde dije de castrar las colmenas o catarlas, que es
todo uno, dije hallí que los panares que se castran se han de echar en unas
orzas que tengan las vocas hanchas y, como se van echando hallí, se han de ir
dessaxando con un palo que tenga una horquilla, que sea como mezedor de
tinajas, de modo que todos los panares queden desechos en la misma horca,
advirtiendo que, quando echen el panar en la horca, quiten las avejas que van
pegadas a los panares porque, dessaciendo los panares, las matarán; y han de
tener un paño mojado con que tapar la voca de la horca por que no entren dentro
otras. Echo esto, lleven las horcas donde se a de sacar la miel, que a de ser en
un aposento; y si está cerca del colmenar, han de estar vien tapadas las
ventanas, que suelen acudir al olor de la miel y perecen muchas. Echo esto, se a
de tener un barreñón grande y poner encima de la voca dos palos como astiles
de azadones, y hallí se pone una canasta assentada encima de ellos; y la miel
que está desecha en las horcas se echa en la misma canasta, y se va ella
destilando poco a poco en el mismo barreñón; y no se a de apretar de ninguna
manera, sino dejalla como se echa en las horzas, porque si se aprieta se
apelmaza y no sale. La miel que se destila de la cesta al barreñón se a de ir
cojiendo y no se descuiden de cojerla, particularmente de noche. Ase de tener
destilando, si es por el mes de octubre, 15 días poco más o menos, y si es la
cata por mayo 8 días, porque con el calor se destila más presto. En las
vasijas que han echado la miel, va subiendo la cera y la espuma arriva; y assí
con una cucharica se han de ir espumando y tornar la dicha espuma a la cesta
para que se aproveche más. Alguna miel se hace de esta manera: puesta la
canasta en el varreñón donde se a destilado la miel, se a de tener una caldera
de agua muy limpia y de modo que no esté más caliente de lo que pueda sufrir
una mano; y de esta agua han de ir echando en la cesta poco a poco, como quien
haze una colada de trapos; y a de ser el agua según la cantidad de los panares,
para que el aguamiel salga mejor; luego se a de volver la canasta voca avajo y
ir echando agua caliente en el suelo de la canasta hasta que se aya
despegado todo lo que tiene en el suelo y quede limpia; luego, la cera que a
caydo en el varreñón se a de ir lavando en el agua que a caydo y con alguna
poca que le vayan echando de la caldera, y con los puños ir apretándola y
hazer unas pelotas quanto caven los puños para que se exprima vien el agua,
advirtiendo que esta cera apretada en los puños se a de echar luego antes que
se yhele en un barreñón, porque si se helase y si se endureciesse no se podrá
otra vez lavar, que se a de lavar con agua fría y ésta se a de arrojar porque
no es de provecho. Lavada esta cera que emos dicho, se a de sacar el agua del
barreñón, de que se a de hazer el aguamiel. Ésta se echa en unas vasijas colándola
con un cedacico de cerdas; se a de dejar una noche o un día para que se aposse;
luego se echa en una caldera y se hace al fuego como quien hace una caldera de
arrope; y se a de advertir que se a de ir espumando con un manojito de esparto. Para dalle el punto se a de tener esta regla: que de tres partes de
agua se han de consumir las dos, han de tener hallí una escudilla blanca y
echar una poquita; y quando esté fría, si se pega en la escudilla, es señal
que está buena; y esto se deja al gusto de cada uno.
Lavada la cera como tengo dicho, se saca con un taleguillo que tenga una punta
como caperucho de desceplinante, y a el fuego a de aver un perol donde se vaya
echando esta cera lavada, echándole media azumbre de agua o, conforme fuere la
cantidad de la cera, a de tener cantidad de agua fría; y a de tener una tabla
de poco más de una vara y un palo como astil de azadón redondo; y echando en
el taleguillo toda la cera y agua que está caliente en el perol se va apretando
con el palo por encima de la tabla y que vaya destilándose al barreñón, donde
se queda cuajada; después se lava en agua muy limpia fría y se echa en un
perol, echando un poquito de agua fría con la cera y dalle fuego manso
para que no se apure y se corte, y dalle con un palico a la redonda a una mano
siempre hasta que esté toda desecha; luego se quita del fuego y, dejándola
sosegar un poco para que no yenda el varreñón, se echa en él, echando un
poquito de agua al barreñón por que después despegue el torar; y por una
orilla se a de poner una cuerda para que se asga de ella y se saque el torar; y
por lo menos a de estar enfriándose un día o una noche.
Finis Operi
Laus Deo Virginique Mariae.
Fray Diego de Jesús María, Carmelita Descalzo, doy fee y juro ymberbo sacerdotis que este tratadico de las colmenas es el original que el santo hermitaño de Volarque, el Hermano Francisco de la Cruz, natural de Alhama, compusso y escrivió de su mano. Perseveró en aquel yermo casi quarenta años, dándose a la consideración y propiedad de las avejas, assistiendo de día y de noche en el colmenar que tiene hallí el convento. Assí lo firmo en Madrid, en 27 de jullio deste año de 1653. Fray Diego de Jesús María.
Este tratado está copiado por el mesmo original que expresa la declaración y juramento antecedente del Padre Fray Diego de Jesús María, de quien está firmado.
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